- Realizar una limpieza diaria, no más de dos veces al día y con un jabón suave. Secar sin fricción. Lavar el pelo con la frecuencia necesaria para mantenerlo limpio.
- No existen remedios milagrosos, ni tratamientos alternativos que superen en eficacia a los que la industria cosmética y farmacéutica comercializan y el dermatólog prescribe.
- El tratamiento del acné requiere constancia.
- No manipular las lesiones de acné es el mejor procedimiento para evitar las cicatrices y marcas.
- Utilizar cosméticos libres de aceites o no comedogénicos.
- Las cremas que se utilizan en los tratamientos de acné pueden irritar la piel, pero este no es motivo de suspenderlas, sino de espaciar su aplicación cada dos o tres días, hasta que la piel se
habitue.
- Siga una dieta equilibrada, no hay ningún alimento que haya demostrado empeorar el acné. No obstante, si en su caso ha observado que el acné aumenta con la toma de algún alimento
concreto, evítelo.
- Acuda a su dermatólogo, que es el médico especialista en el tratamiento del acné, e individualizará dicho tratamiento según sexo, edad, tipo y causa de acné de cada
paciente.
- Las marcas, en forma de cicatrices o zonas rojas, mejorarán con el paso del tiempo, por lo que muchas veces no es necesario ningún tratamiento para las mismas. Cuando no
desaparecen, o si queremos acelerar su mejoría disponemos de tratamientos tradicionales como peelings, dermarroller, microdermoabrasión, con resultados aceptables; hasta los más modernos y eficaces
láseres, tanto para manchas rojas (láser de colorante pulsado), como para las cicatrices (láser de CO2 y erbio, sobre todo en su forma fraccional, es decir, donde los tiempos de recuperación se
reducen a 3-5 días, frente a los 10 días de los láseres convencionales).